Doña Argemira llega a Bogotá en donde se instala en un principio en el barrio el Batán durante 7 años. Después se pasa al barrio el Quindío en 1972 en donde empieza a apropiarse del espacio, gracias a un lote en el que su padre construye una casa, y es donde vive actualmente; nos cuenta que es muy importante para ellos tener un lugar para vivir propio y además expresa un vínculo religioso, pues dice que el ranchito "es un regalo del niño Jesús" y es "un milagro".
Hoy en día vive con su hijo, quien le provee lo necesario para vivir y su fé es la que le ayuda para vivir cada día. No suele salir de la casa, sin embargo nos comenta que se relaciona muy bien con todos sus vecinos y que pese a los inconvenientes de inseguridad del sector el barrio cada día ha ido progresando.
Ella se cuida al máximo del frio por medio de cobijas y de ropa gruesa. Su casa está ubicada cerca al límite con el inicio de los cerros por lo cual fluyen fuertes brisas heladas casi todo el tiempo.
lunes, 19 de marzo de 2007
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